lunes, 31 de agosto de 2015

HIJOS DE LA JERNA - UN TRIBUTO A HERMI Y MAX

Se la dedico al Albert. Sí, está sorbiendo bragas
En los noventa, cuando íbamos al instituto y nos matábamos a pajas furiosamente, se pusieron de moda como de la noche a la mañana los tebeos japoneses [de los cuales no pienso mencionar su nombre comercial porque, la verdad, me da muchísimo asco]. Nosotros, que estábamos acostumbrados a tirar del Jueves y del Interviú para zurrarnos la sardina en el mejor de los casos, descubrimos un amplio abanico de posibilidades gracias a la erótica de las publicaciones japonesas o pseudo-japonesas. Fue entonces cuando la gran mayoría de nosotros, sin tener verdadero interés en los tebeos porque los mortadelos ya los habíamos abandonado un par de años antes, comenzamos a invadir las librerías especializadas en cómics, ávidos por encontrar cualquier atisbo de pornografía en aquellos primeros tebeos creados por dibujantes pajilleros para lectores muy pero que muy pajilleros. La verdad es que, visto en perspectiva, tampoco me suena ya tan lamentable.
 
Hermi se pregunta que significará la palabra "Soplapollas"
De aquella época de puro escarnio y desvergüenza tan solo atesoro los tebeos de Ricardo Peregrina, los magníficos HERMI y MAX, que la amplia mayoría de ustedes conocen [o no], y que fueron los únicos que sobrevivieron a la santa inquisición que me aplicaron mis padres cuando se enteraron de que me gastaba la pasta en tebeos de mamadas y triples penetraciones [Juraría que de aquella aún no existían ni los bukkakes como tal]. HERMI Y MAX no dan para una triste paja, claro está, pero ilustra a la perfección esa etapa de la vida tan estúpida y humillante que es la puta adolescencia: Hermi es el tonto ingenuo que fuimos hasta entonces y en el que podíamos ver reflejada la actitud pre púber que de aquellas tratábamos de abandonar. Max, por el contrario, es la viva imagen del individuo degradado, perdedor y pervertido sexual al cual jamás hubiésemos querido llegarnos a parecer.
 
Me falta el último, me acabo de enterar.
Hoy por hoy, y después de haberlos releído este fin de semana, me alegro de no haberlos perdido a manos de ningún indeseable. Son dignos de mención, más teniendo en cuenta que elegí comprármelos cuando podría haberme gastado la pasta en pornografía, por ejemplo.
 
Gracias a Ricardo por la inspiración y por la filosofía que tras ese telón de humor gorrino y perversiones ridículas almacenan tus tebeos. Por cierto, no exagero si te digo que cada vez que utilizo la palabra "pestazo" me viene a la mente la historieta esa en la que Hermi hace burbujas en la bañera pegándose peos, te lo aseguro. No sé, me hizo mucha gracia cuando era un chaval y la utilizo habitualmente desde entonces, jajajaja.
 
Hala. Me piro a sobar, negracos.
 
-R- 

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