lunes, 17 de julio de 2017

CAMBIO DE PLANES - PROGRAMA DE PROMOCIÓN NACIONAL, PRIMERA PARTE

Esto funciona así. Yo ya lo sabía, porque la experiencia de tantos años ya me lo advirtió, pero os lo quiero comentar para que lo tengáis presente: Cuando dejas algún proyecto en manos de los demás, casi que por inercia y por costumbre, como decía Ágorer: "Al final, te comes una mierda". Eso es así, no puedes esperar que nadie te eche un cable a no ser que con ello satisfagan su propio interés o sea algo que les exija el mínimo esfuerzo. La gente que más se queja de la "hipocreshía" y de la falta de interés por parte de los demás en realidad son los que más corrompidos están por el utilitarismo.

En conclusión: Las cosas tienes que hacerlas siempre por ti mismo... y no merece la pena cabrearse con nadie. Cuando te vengan a chupar la polla será cuando ya hayan bocas de sobras, jajaja.
 
 
Tal como os avanzaba en el artículo anterior, mi socio y yo hemos decidido darle una vuelta de tuerca a los planes que teníamos previstos para el presente año. Si bien habíamos acordado hacer todo lo posible por publicar de forma legal el MARICONES MANÍA, con su ISBN + depósito legal + toda esa mierda para que lo vendieran en el puto FNAC, finalmente y en vista de que nuestro proyecto ha sido arrinconado por terceros, nos hemos planteado darle otro tipo de vida a nuestra última publicación. No será un asqueroso bien de consumo por el momento, sino que se convertirá en uno de los exclusivos premios que otorgaremos en un concurso que tenemos previsto lanzar para después de las vacaciones.
 
Estos eran los objetivos de primeros de año.
¿De dónde viene todo este rollo de lo del concurso?
 
El otro día mis padres estuvieron visitando el piso de mis abuelos, porque lo vendieron y antes de cedérselo al nuevo propietario querían rescatar algunos de esos objetos que te traen recuerdos cuyo valor se basa más en el sentimiento que en lo que puedan suponer económicamente. Total, que nos trajeron un libro de recetas de mi abuela y dentro encontré un álbum de cromos que regalaban como promoción de una marca de chicles de los años ochenta. Recordaba que lo había tenido de chaval, pero también recordaba haberlo dejado en el olvido al no haber podido conseguir los cromos que exigía la promoción para poder aspirar al sorteo de una moto (esos '80, jajaja).
 
El álbum me trajo gratos recuerdos y también me dio una buena idea: A todo el mundo le gusta participar en los concursos si es que son divertidos y suficientemente asequibles. Los concursos sirven para promocionar una marca y tomar contacto con la gente a la que después les puede interesar lo que ofreces (tárget, como se dice en inglés). Total, que me puse a indagar y quise conjugar la idea del concurso con alguna campaña viral que hubiese funcionado en los últimos años. Una vez encontré lo que buscaba comencé a darle vueltas al asunto y desde entonces, que no sé si hace ya un par o tres de semanas, he estado trabajando para darle forma. El caso es que está quedando muy bien y le veo muchas posibilidades.
 
¿Para qué cojones queremos hacer ahora un concurso?
 
Muy sencillo: Pues para promocionarnos, que es lo único que nos falta. Todos sabemos que una de las cosas que más dinero mueve y genera en el mundo es la publicidad, que es bastante cara y que, bien utilizada, te puede garantizar un elevado número de ventas. Pues bien ,en lugar de utilizar los medios comunes de publicidad (anuncios, banners, spam, buzoneo y demás) hemos acordado llevar a cabo un concurso que propagaremos por la red  y que debe servir tanto para divertir a quien en él participe como para asegurarnos un amplio contacto con aquellas personas que puedan tener interés en adquirir nuestra colección, ni que sea para regalársela a su cuñado el día de su cumpleaños.
 
¿Y qué vamos a regalar en el concurso de marras?
 
Pues se supone que ofreceremos un premio grande, algo que llame la atención de nuestro verdadero público (treintañero, viejoven, semi-friki y con un humor similar al nuestro) y luego regalaríamos 100 premios de consolación para quienes participen pero no consigan ganar el primer premio. Ahí será donde recabaríamos nuestros nuevos seguidores, pues esos 100 premios serán 100 ejemplares del Maricones Manía, un libro que sirve a su vez para dar a conocer el resto de la colección. Si cada persona a la que le llega el Maricones manía se interesa por nuestra colección y decide comprarnos algún libro más, podremos recuperar también el dinero invertido.
 
¿Y cuánto os va a costar la broma?
 
Pues una pasta, la verdad. Yo calculo que sobre unos 550 pavos o así. En el premio gordo invertiremos más o menos 100 euros; en imprimir los 100 ejemplares del Maricones Manía nos gastaremos unos 170 euros más; luego nos gastaremos 250 pavos en enviar los premios por correo... así que entre eso, sobres acolchados y demás, es probable que lleguemos a la cifra que os comentaba. Y entonces os preguntaréis:
 
¿Para qué os vais a gastar tanto dinero?
 
Pues mira, porque el mundo funciona así: el que algo quiere algo le cuesta. No es dinero perdido, porque nos lo pasaremos bien, contactaremos con gente y además podremos darnos a conocer ampliamente. Si luego vendemos más o menos libros ya nos lo dirá la suerte que tengamos con nuestra promoción. Al fin y al cabo, a todas las empresas les pasa igual, nunca puedes tener la certeza al 100% de que tu campaña vaya a funcionar... pero es esa incertidumbre angustiosa lo verdaderamente divertido de los negocios.
 
¡Hagan juego, señores!
 
-R-

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